lunes, 1 de julio de 2013

FT: Ferrari Team or Fairy Tales


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Volver a publicar en este blog después de tanto tiempo no es consecuencia sino de la necesidad de poner en negro sobre blanco aquello que me ronda la cabeza desde hace mucho tiempo.
Tras largas temporadas soñando con ver a Fernando Alonso vestido de rojo, nos hemos encontrado con la cruda realidad de una Fórmula 1 moderna, inestable en regulación y ofuscada con el control de costes. Crisis aparte es cuando menos preocupante que la más avanzada categoría del automovilismo (con permiso de los americanos, claro) esté más preocupada del ahorro de costes que de la tecnología. El problema, no perdamos la perspectiva, es que esto no es otra cosa que un gran negocio y la parte deportiva viene por añadidura. Si el objetivo fuera la competición pura y dura, y poner en valor la destreza de los pilotos, tendría que haber igualdad mecánica, pero eso, amigos míos, tiene varios nombres: GP2, GP3, World Series by Renault… pero ninguno es F1!
La obsesión por la reducción de costes no es otra cosa que una protección de cashflows para Bernie Ecclestone. Más allá de McLaren y Ferrari (Red Bull hasta que se demuestre lo contrario está de paso), el resto de escuderías, incluidas las míticas Williams, Renault y Mercedes, dependen demasiado de la salud de sus finanzas para poder seguir subidos al carro del Gran Circo.  No sería fácil correr con una parrilla de cuarto coches. Tal vez si cambiaran las tornas se apuntarían nuevos o no tan nuevos integrantes (Audi, Porsche…) pero ese es un riesgo que muy pocos están dispuestos a correr. Cierto es que sin límites presupuestarios se gastarían, como antaño, cantidades ingentes de dinero para mejorar una décima, pero yo me pregunto… ¿qué estamos a setas o a Rolex?
En este terreno escabroso, de continuos cambios, aerodinámica, trabajar al límite del reglamento e ingenio, no hay nadie como Adrian Newey… ni de lejos. Y a Ferrari, cuyo punto fuerte siempre han sido los motores, le han cortado las alas y se las han dado a los austríacos. Es lo mismo que le ocurriría al FC Barcelona si la UEFA decidiera poner un tiempo máximo de ataque como en baloncesto o a Cristiano Ronaldo si de repente “no valiera trallo”.
A partir de ahí han sido siempre falsas expectativas o una lucha sin descanso para desenvolverse en un terreno hostil. Este año el problema de base ya no es el túnel del viento. Ferrari para 2013 ha cerrado el de Maranello y está usando el de Toyota en Colonia que utilizan muchos equipos de numerosas categorías y funciona perfectamente. Lo cierto es que últimamente las actualizaciones no están dando los resultados esperados… bueno para ser exactos si funcionan individualmente, pero al ponerlas todas juntas se canibalizan unas a otras… y es ese escenario, no es de extrañar que los del Cavallino Rampante afirmen que aún hay mucho margen de mejora… lógico, tienen todo el trabajo pendiente…
Excusas a parte, el problema, una vez más, es que la aerodinámica nunca ha sido el fuerte de Ferrari. Enzo Ferrari decía aquello de "la aerodinámica es para los que no saben construir motores"... otros tiempos sin duda. Desde 2006 con la congelación de los propulsores no han vuelto a ser los mismos. Al principio con test ilimitados y circuito propio en Maranello han podido sobrevivir gracias a su presupuesto, recursos y capacidad de trabajo. Ganaron en 2007 gracias a ello y la inoperancia, nula gestión e inmolación de McLaren, aunque a partir de 2008, con la prohibición de test, nos ha tocado vivir la época menos propicia.  El propio Fernando Alonso allá en su época de Renault se quejaba amargamente alegando cosas como que Ferrari fabricaba una pieza en 3-4 días y ellos tardaban 3-4  semanas.
A pesar de todo han estado a punto de ganar en 2010 y 2012 gracias a un mago asturiano que no es precisamente Anthony Blake. La cosa no pinta bien una vez más, cierto (el año que viene con nuevos motores, otro gallo cantará, aunque en Renault tampoco son cojos… especialmente construyendo motores turbo), pero Alonso no será el primer gran campeón injustamente tratado por la historia, ni el último, aunque a mi me ha hecho tan feliz en un mundo históricamente hostil para los españoles (¿Alguien se acuerda de nuestros representantes Luis Pérez Sala o Adrián Campos?... yo si… un mundo aparte) hasta la aparición del genio asturiano, que todo me parece un regalo... Hasta sus remontadas épicas... Ayer ha tocado otra, aunque la suerte, tantas veces esquiva y una más que decente gestión del caos desde el muro de la escudería de Maranello hayan ayudado… y mucho. Y aunque ya es un poco cansina la historia de la temperatura del asfalto,  la meteo, la suerte, zona limpia-zona sucia… tantos, tantísimos factores que se tienen que alinear para que los que van con la lengua fuera puedan triunfar… yo por mi parte sigo emocionado, agradecido e ilusionado... queda mucho mundial y todo puede pasar... especialmente con el mejor piloto de la parrilla a los mandos de un equipo fuerte, trabajador e histórico como Ferrari... y si no... ¡el año que viene volveremos más fuertes!
Ahora, por el momento, queda otra guerra… la de los neumáticos… pero eso… es otra historia.